27/11/13

LA VIDA EN CORTO

No hay duda de que la realización de una película exige la toma de importantes decisiones tanto a nivel técnico como artístico como de producción; y que llegue a buen término depende de que se cuente con el presupuesto y el equipo técnico necesarios o, cuanto menos, mínimamente imprescindibles.

Edu Cardoso, director del cortometraje El paraguas de colores, finalista de la III Edición del Festival Internacional de Cortometrajes de Alcobendas 2013, ALCORTO, decía en el coloquio que siguió a la gala de clausura el sábado pasado que hoy “si te puedes comprar un coche por 9000 euros, te puedes comprar un corto”.

En las décadas centrales del siglo pasado, los grandes estudios, especialmente los americanos e italianos, echaban la casa por la ventana en superproducciones que, solo en el diseño y construcción de un set cinematográfico, requerían de una gran inversión económica con la que lograr escenografías colosales y megapelículas. Era la época de lo grandioso. Grandes historias, grandes pantallas y formatos espectaculares (CINEMASCOPE, CINERAMA, VISTAVISIÓN). Películas como Quo Vadis, La caída del imperio romano, Guerra y paz, Doctor Zhivago, Lawrecen de Arabia, etc.

      El gusto por los relatos extensos y las figuras carismáticas dio paso en la segunda mitad del XX a una industria cinematográfica más volcada en las historias reales y las transformaciones sociales. Actores casi desconocidos, improvisación, rodaje en escenarios naturales, simplicidad en el montaje y revolución tecnológica no solo favorecían un cambio de la industria a todos los niveles (conceptual, lingüístico, expresivo, estructural, técnico), sino que además abarataban considerablemente los costes de producción. La “nouvelle vague”, el “nuevo cine alemán” en Europa y el “cinema nóvo” en Latinoamérica son buen ejemplo de este cine de corte más naturalista o realista, frente al cine americano que en su mayor parte y a excepción de determinados directores (Lynch, Tarantino, Eastwood, Allen, los Cohen) siguió siendo básicamente comercial.


    La revolución digital finalmente ha permitido ir aún más allá en el desarrollo tanto del cine de estudio por las posibilidades que ofrece en cuanto a efectos especiales, como del cine independiente en cuanto a temática, formato y estética, pues a menores costes de producción se suman la facilidad y velocidad en la difusión. Muchos cineastas recurren hoy a los medios digitales de grabación y edición de sus largometrajes.
Pero es el cortometraje en especial el gran beneficiado de las nuevas tecnologías. El actual es buen momento para los cortos porque, como decía Cardoso en ALCORTO, la gente tiene ganas de trabajar, los medios digitales permiten su realización a muy bajo coste y las redes virtuales su difusión masiva. Si bien el cortometraje solía ser el primer paso de los jóvenes creadores antes de dar el salto al largometraje (Buñuel en El perro andaluz o Kubrick en The Grandmother, entre otros, se sirvieron de este formato), hoy día el corto se abre camino como género independiente del largo y en el que, al no existir unos parámetros claramente definidos, la libertad creativa es máxima.



En ALCORTO 2013 se exhibieron desde cortos de aproximadamente un minuto —como flashes narrativos de impacto inmediato y eficaz— hasta cintas de quince minutos de duración con diferentes estructuras narrativas y temáticas, si bien predominaba la preocupación por lo personal y lo social. 
En concreto, el premio del público fue para Un lugar mejor, dirigida por Marisa Crespo y Moisés Romera, cuyo título reseña perfectamente un argumento en torno a los sueños de tres jóvenes por alcanzar una vida mejor; el punto de giro final hace que una historia aparentemente cotidiana y común consiga noquearnos e involucrarnos como si fuésemos unos personajes más de la misma. Ciudadano Torralba Redux, de Suso Hernández, recibió el premio del jurado, una historia que según su director primero fue relato y luego guión. Cuenta cómo se crea una figura histórica de referencia —Cebedeo Torralba, campeón del mundo de piedra, papel o tijera—, su nacimiento, encumbramiento y caída. Real y original como la vida misma.
 











   Mi favorito, Voice Over, del director Martín Rosete y de quien Edu Cardoso, generosamente, reconoció que por su calidad en cortos debía haber rodado ya al menos tres largometrajes, sin embargo no consiguió en el festival ningún galardón. No obstante, en mi opinión, era el más arriesgado y conseguido desde el punto de vista narrativo, estructural y temático.

En cualquier caso, en un país donde un corto español como Lo que tú quieras oír, de Guillermo Zapata es el vídeo en español más popular de Youtube y el séptimo más visto de todo Youtube, donde los cortometrajes son más valorados fuera que dentro y donde los festivales y circuitos de exhibición comercial de cortometrajes son escasísimos,  ALCORTO se erige como un evento de primera fila que incrementa sus participantes de año en año, más de 530 en esta edición.



MAR REDONDO, habitante del ático.

Hay dos maneras de difundir la luz... ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja.
LIN YUTANG

2 comentarios :

  1. Levanto mi copa por el incremento de los participantes, y por las nuevas oportunidades para áquellos que no siempre las tienen

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  2. Eso es lo que hace falta, Ángeles, oportunidades, o al menos plataformas que las brinden para quienes las quieran y las sepan aprovechar.

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