Tengo una duda metódica, por lo del método a usar quiero
decir. El caso es que no sé muy bien cómo abordar la reforma de Fátima. A la reforma de las pensiones me refiero.
Porque dice Fátima que se van a compensar en el medio plazo las subidas y
bajadas —más bien serán las bajadas, esas del 0,25 % de subida anual cuando el
famoso índice de precios al consumo (IPC) suba el 1% o el 2% o lo que sea.
Bueno, pues nos dice Fátima que luego, al cabo de los años —tampoco
se sabe o si se sabe no nos dice cuántos—, nos subirán otra vez de acuerdo
con el coste de la vida. Así, al cabo de un cierto tiempo, se compensarán. Eso nos dice Fátima. Mi duda
estriba en que si es verdad lo que nos dice Fátima y yo me lo creo, tengo que
arbitrar un procedimiento para desde el otro mundo recibir eso que me van a
compensar cuando ya no me encuentre en éste.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWOwM-2OjPO2Sp8FZ75_nznPsww1pe8U-zV1vsusFXEPXyUryVVFEkTgH53ORm-plbhRvLzjx0ElJOuf650xY3A4iRGDnU8cgrvl3AcPI1aLL6AjsFbn_IAnQi3vR9ptYQI0KU6oS7jpnT/s320/imagesCA1LJ2CL.jpg)
Yo de esto entiendo poco, pero me parece percibir un cierto
escaqueo por parte de algunos que no se quejaban de que sus mayores, sin haber
cotizado, recibieran de la hucha —y no estuvieran a su cargo—, y ahora cuando
son ellos los que tienen que aportar, la quieren romper. Dudo que sea éste el
caso de Fátima. Fátima nos aprecia y por eso nos va a compensar, y aquí estoy yo
buscando la formula de cómo puede arbitrarse. La compensación en el otro mundo,
digo.
Necesitaré que alguien me cuide la tumba, la limpie de
hierbajos y otras malas plantas. Visto lo visto, con los familiares ni contar;
ni siquiera quieren aportar a las pensiones de sus mayores, mucho menos a eso.
También me gustaría que pusieran flores cada cierto tiempo, hacen bonito y limpio. En esto de los viejos, lo bonito y limpio, y si puede ser con un toque de invisibilidad, cotiza al alza. Si lo sabré yo.
Luego están las deudas que habré dejado, deudas monetarias y
de las otras. Entre ellas, los prestamos de algún amigo cuando las pensiones
con tanta bajada del 0.25% y demás copagos ya no den para nada. Con todo esto,
y alguna otra cosilla de índole privada, me he dirigido a un bufete a ver cómo
lo instrumentamos.
Ahí ha venido el problema, la duda metódica, pues no hay
jurisprudencia en esta materia. Yo creía que con un simple documento de últimas
voluntades quedaba resuelto. Pero al parecer es algo más complicado. Hasta en
esto la pobre Fátima lo va a tener difícil para cumplir su promesa. Pero estoy
dispuesto a poner mi granito de arena. He ido investigando aquí y allá y algo
se puede hacer. Lo cuento por si alguien está interesado en ponerlo en
práctica.
Lo primero es conseguir una fórmula de las denominadas
actuariales, muy corrientes entre las
compañías de seguros. De esas donde se tiene en cuenta tu edad, el periodo de
tiempo que has ingresado en la hucha y cuánto. Tu "cuenta nocional" o algo así lo llaman. Luego, la formula la
deberás retocar calculando el número de años que has ido recibiendo pensiones
con perdidas adquisitivas y a cuánto asciende la compensación (cada año habrá
que ir revisando este concepto, pero no importará mucho porque significaría que
Fátima tendrá más posibilidades de cumplir y tú de recibir). La esperanza de
vida que te correspondería es otro de los factores a tener en cuenta, así como
la diferencia en años de lo que habrías cobrado y no vas a poder cobrar por fallecimiento.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg0s74DX3W9QjvQQgWRNLI2SPQcvr9BJM96hqvOz-IL-Br1cTq9divv6t6YYq9ba36pZGBJdU5ZecvwKzWHuipGFGelaLy5JUHMzMG-_ktnz-PX4MXCrF8jdE7a4QDveXiVboDE7aJIDWJ/s1600/imagesCAF8N72Q.jpg)
Con todo eso, y algún coeficiente corrector que estoy calculando
y que ya os iré contando, se obtiene una ecuación. Esto te permite ir a un
notario y dejar constancia testamentaria, una vez despejada la x del año de la
muerte, de en qué y cómo quieres que se invierta la compensación que vamos a
cobrar en el futuro. Así, entre todos
colaboramos para ayudar a Fátima a cumplir su promesa.
HETERODOXA, habitante del ático.
... Me desperté y vi la
luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la
noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día
con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: Conciencia,
sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.
JULIO CORTÁZAR
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