Una de las exposiciones estrella de este año es la que, organizada por la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando, la Subdirección General
de Promoción de las Bellas Artes y la
Galería Nieves Fernández, se muestra hasta el 30 de marzo en
la sede de la primera, el Palacio de Goyeneche, en la calle Alcalá: BILL VIOLA [en diálogo].
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Hace tiempo que el interés de Viola por el video arte como mera forma artística autónoma y de experimentación
audiovisual quedó atrás, para conducirse hacia una investigación formal,
estética y argumental menos técnica pero más expresiva, menos fabril y más
subjetiva, menos intelectual y más espiritual, y ello en paralelo a su evolución
personal, impulsada a partir de cierto momento por nuevas inquietudes en torno
a la espiritualidad y la mística. Las religiones orientales y la mística
cristiana ofrecieron a Viola nuevos leitmotives
en relación con el autoconocimiento, con la observación de las emociones o
estados del alma y su expresión, humana y artística.
Los estados del alma son experiencias subjetivas que se producen en lo
más recóndito de uno mismo, pero cuya fuerza expresiva a menudo acaba por
volcarse hacia el exterior en manifestaciones sensoriales –como mínimo
cutáneas— más que evidentes. Y nada como la pintura del Siglo de Oro, transmisora
de la religiosidad durante el XVIII, para encontrar momentos de máxima emoción
y pasión, de puro dramatismo —frente a la racionalidad y serenidad
renacentistas— articulados pictóricamente mediante recursos visuales tales
como contrastes lumínicos fuertes, colores intensos, composiciones
dinámicas o gestos vehementes, entre
otros, que dotan a las escenas de una mayúscula sugestión de realidad y naturalidad de la expresión emocional.
Lo mismo ha querido llevar Viola a
sus video creaciones Dolorosa, Montaña silenciosa, Rendición y El quinteto de
los silenciosos, si bien moviéndose aún más allá, desvinculando la expresión emocional de todo referente temático o religioso para ofrecer “la naturaleza
de la expresión emocional misma”.
Pese a que el artista afirme que los viejos maestros no eran sino un punto de partida desde “sus dimensiones espirituales, no de su forma visual”, es innegable la inspiración formal de sus imágenes en los recursos visuales hiperrealistas de aquella época, trasladados y adaptados al soporte en video. El formato díptico usado en tres de ellas, los fondos neutros, la luz violenta, el aunque ralentizado pero contorsionismo de las figuras, la composición que es descomposición y llevada al extremo dilución de la imagen, los colores contrastados, etcétera; todo ello conforma el vehículo expresivo fundamental de Viola para presentar “la fuente original de las emociones”, la emoción en estado puro y visible, la tangibilidad de estados del alma tan recónditos e intangibles como pueden ser la duda, la angustia, el miedo, el desconsuelo, el dolor y esos otros a los que a menudo ni siquiera podemos ponerles nombre.
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![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCiUHVKebhA_2v96kd6UaoecVqACFOIENqYSeK8h_a5d0UgHQ-0Lo3QBP1hEiBBNbhIfazrErOoJ3WMB3rmTwDY9EEoonxXz4smaHeSZsSShw82MjU6ILyTxAN2D7CJQ76qwRlJe4QsRfS/s1600/descarga+%25283%2529.jpg)
Hay un sitio para cada uno de nosotros, y "El quinteto de los silenciosos" nos muestra claramente el lugar
ResponderEliminarSí, Angeles, es una obra inquietante tal vez por lo que dices, por ser una especie de reflejo de nuestro estar en la vida, en solitaria y necesaria proximidad a los otros.
ResponderEliminarInquientante visto desde fuera. Pero también puede invitarnos a ese viaje al centro de uno mismo, el viaje que tarde o temprano tenemos que emprender, y que pienso puede ser el mejor con diferencia
ResponderEliminarSin duda es un viaje complejo y no exento de riesgos. Por eso el vehículo artístico a veces puede hacérnoslo más fácil, además de la experiencia estética en sí misma.
ResponderEliminarLos vídeos de Viola son como la mirada de Dios-Nosotros. No sólo nos permiten mirar sin ser vistos, sino que además podemos calcular los movimientos de los personajes y casi hasta oír los pausados latidos de sus corazones. Da la sensación de que, incluso, podríamos "intervenir", alterar sus vidas indefensas.
ResponderEliminarMarcos Fonseca
Interesante lo que dices, Marcos. Sin duda son videos que mueven al espectador a no permanecer pasivo, al menos en su interior. Si no interviene, como dices, en las vidas de esos personajes es por prudencia, no por falta de motivación. Como poco, dan ganas de abrazarlos y consolarlos, que es lo mismo que decir, de abrazarnos y consolarnos a nosotros mismos.
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