“Bruselas
frenó la devolución por parte de España de 10.000 millones de euros del Rescate”.
Aunque parezca imposible, el caso es que es cierto. Esta noticia apareció en la
prensa salmón hace unos días. La razón que aducen para impedir que amorticemos parte
del rescate financiero de 2012 es que esto supondría pagar de golpe todos los
intereses que los prestamistas dejarían de ganar. De diván de psiquiatra.
Es verdad el dicho de
que la realidad supera la ficción. Esto es como si al negociar un crédito
hipotecario, quien más quien menos lo ha tenido alguna vez, y querer ir
amortizando parte de la deuda, cancelándola para entendernos, cosa que hemos
hecho casi todos también alguna vez, nos dijera el banco que dicha quita
implica además pagar todos los intereses que la entidad deja de ganar; es decir,
traspasar el riesgo inherente del negocio bancario al prestatario. Si hace unos
años algún banco hubiera tenido la tentación de ofrecer unas condiciones
parecidas —ahora ya cualquier cosa es posible—, nos habríamos dirigido desde
luego a la competencia. Porque se entiende, al menos se entendía, que uno solo
paga intereses sobre lo que adeuda y que en cualquier momento uno puede
deshacer posiciones por encontrar condiciones mejores, o, por ejemplo, por tocarle una herencia o aumentar su capacidad
de ahorro.
Bueno, pues no, en
estos Rescates, por lo visto, los préstamos tenían como condición que cualquier
amortización anticipada, cualquier quita, implicaba el pago de los intereses que
a lo largo de la vida del préstamo se hubieran ganado. “El diferencial de interés debe ser cubierto por el país prestatario…”,
así reza el texto del acuerdo. Así nos ayudaron, así. Esa fue, al parecer, la
condición que impuso el MEDE, mecanismo europeo de estabilidad, para
concedernos el crédito de 40.000 millones: si hay costes asociados con la
devolución anticipada tendrían que ser asumidos por España. Y todos somos
socios. Eso nos dicen. Letra a letra, pago a pago, así, así, vamos construyendo
la casa Europea.
Independientemente de
la situación económica en que esto nos deja, hay otras consideraciones que me
vienen a la mente. En primer lugar, que
las condiciones de la negociación debieron ser a cara de perro para incluir una
cláusula de este tipo y obligarnos a aceptarla. Pero, en segundo lugar, si
profundizamos un poco más —profundicemos—, se me ocurre que los acreedores no
las debían tener todas consigo. Me refiero a que, por mucho que de puertas
afuera nos asustaran con todos los males del averno y nos trataran poco menos
que como deuda basura, de puertas adentro debía de ser otra la percepción; si
tan seguros estaban de que no íbamos a
poder hacer quitas no hubieran incluido esa condición, digo yo. Esa generosidad
hacia la cigarra gastadora quizás no era tal, ese rasgarse las vestiduras en
determinados países sobre los costes que esos préstamos iban a suponer a las
hormigas ahorradoras, visto lo visto, tampoco parece que fuera del todo cierto.
Mientras
en algunos países, Alemania, Holanda, y hasta en menor medida España, los
intereses de la deuda han entrado en terreno negativo y en algún caso, como en
Dinamarca, los bancos pagan al particular por sus hipotecas, nuestro Rescate,
sí o sí, se pagara con el interés de entonces. No parece que hayan hecho mal
negocio, no. No les ha ido tan mal con la que está cayendo. That is the
question. Primero les tacho de vivir por
encima de sus posibilidades, luego, y en base a esto, murmuro que están medio
arruinados, entonces les subo el diferencial de deuda soberana, como no pueden
pagar van a necesitan un alma buena que les eche una mano, ahí aparece el MEDE,
una vez negociadas las condiciones, entonces sí, entonces dejamos que el BCE desarrolle
su política. Pero solo entonces, no antes. Y todavía alguien se pregunta cómo EE. UU ha salido ya de la crisis y ha
desarrollado desde el 2009 una política de expansión monetaria, y nosotros casi
cinco años después empezamos a aplicarla. A mí me entran dudas de que solo sea
debido a una política equivocada frente a la austeridad. Táchenme de
desconfiada, táchenme.
Lo que es innegable
es que a diferencia de otros prestamistas, estos nuestros socios, así se
llaman, nos han prestado un dinero con poco riesgo, una deuda de la que no
podemos sustraernos so pena de pagar unos intereses desorbitados. Sabían algo,
saben algo, que nosotros desconocemos. Puede que sí. No se extrañen que en los próximos meses
veamos cosas aún más raras. Ahora vuelven otra vez con la solvencia de las
entidades financieras, luego qué será… El caso es tener la espada de Damocles
sobre nuestras cabezas. Esta estrategia de ahogo piensan algunos será buena a
medio plazo, yo tengo mis dudas. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, vayamos deconstruyendo Europa.
HETERODOXA
Las imágenes pertenecen a: (1) Rosemarie Trockel; (2) Lúa
Coderch; (3) García Andújar (4) Sara Goldschmied y Eleonora Chiari.
García Andújar, Sara Goldschmied y Eleonora Chiari participan en la exposición Prophetia organizada por la Fundación Miró,
Barcelona. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 7 de abril de 2015, invita a
una reflexión a través de la obra de veinticinco artistas sobre el proceso de
construcción del sueño europeo, con especial énfasis en el momento actual.
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