Ilustración de Rafael de Penagos |
Hoy quiero hablar del Museo ABC, sito en
la calle Amaniel de Madrid, por dos motivos.
El museo ocupa un edificio moderno y
atractivo de nueva planta, situado en el mismo lugar que en 1900 ocupó la
primera fábrica de cervezas MAHOU de la ciudad. Sirvan como la mejor
presentación unas palabras extraídas de la página web del propio museo (http://museo.abc.es):
«El germen, alimento y fondo artístico
del Museo ABC de Dibujo e Ilustración es la Colección ABC iniciada en 1891. Un
legado único, un siglo de arte gráfico que se ha nutrido con la obra de 1.500
artistas de todos los estilos, técnicas y tendencias del dibujo y la
ilustración hasta alcanzar las casi 200.000 piezas de que hoy dispone.»
Por si existe alguna duda sobre la
calidad de ese siglo de ilustraciones, en el museo pueden adquirirse una serie
de libros y catálogos que por sí mismos merecen una visita.
Ilustración de Méndez Bringa |
A pesar de la corta vida de la nueva sede,
en ella se han celebrado ya exposiciones memorables con obras de artistas
españoles y extranjeros de talla internacional, tanto clásicos como actuales.
Hace unas semanas comenté en estas páginas la exposición sobre el ilustrador
español Eulogio Varela. En esta ocasión han sido las obras de Narciso Méndez
Bringa las que me han cautivado, con sus encuadres fotográficos de la realidad
social y costumbrista, y su destreza en el detalle pero sin empachar, con los
recursos justos. Ambos, Méndez Bringa y Varela junto con Casas, Penagos y
tantos otros, forman parte del ejército de artistas que han desfilado a lo
largo de la historia por las páginas de ABC, de Blanco y Negro y de otras
reputadas revistas gráficas. Si uno se molesta en bucear por aquí y por allá buscando
obras de ilustradores españoles de finales del XIX y principios del XX se da
cuenta de la cantidad y la calidad de los mismos, y también de que, salvo unos
pocos, son prácticamente desconocidos para la mayoría de la gente. ¿Por qué nos
estamos olvidando de ellos?
Ilustración de Méndez Bringa |
El segundo motivo que me ha llevado a
escribir estas líneas es la extraña sensación que experimento cada vez que
visito las salas del museo, casi siempre vacías de público. No encuentro la
razón de que acudan tan pocos a las exposiciones que se celebran allí, aunque
en muchas ocasiones resulten más interesantes que otros eventos que tienen
lugar en la ciudad. Es cierto que, por ejemplo, la exposición de los storyboard de Kurosawa estuvo más
animada, al menos el día que fui yo, pero por lo general da cosa moverse por
las salas vacías sintiéndote como un intruso. No lo entiendo. O tal vez sí. Tal
vez sea que al tradicional desprecio con que solemos tratar los españolitos
todo lo nuestro, como es el caso de los artistas antes mencionados, se le une
cierta «pereza» que sienten muchos a la hora de ir a la sede de determinado
periódico. Estoy convencido de que si cualquiera de las exposiciones se hubiese
celebrado, por ejemplo, en CaixaForum o en la sede de otro periódico habría acudido
más gente. Y es que me da el tufillo de que hay mucho prejuicio y se mezclan el
gusto por las artes con ideas de otro tipo.
JUAN M. QUEREJETA
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