7/1/15

POEMAS, por BRUNO RUANO

     
     



    Bruno Ruano nace en Madrid en 1957. Pasa su infancia entre Madrid, Sotillo de la Adrada y Roma. En 1975 estudia música contemporánea, electrónica y minimalista en los Estudios Alea con Luis de Pablo, donde realiza dos grabaciones sobre textos deformados de Baudelaire. Entre 1976 y 2000 toca como contrabajista de jazz con los más renombrados músicos del país y durante esa época recibe varios premios: mejor grupo de jóvenes intérpretes, mejor grupo en el programa TV “Jazz entre amigos”, mejor composición (Et); y realiza giras por Europa y Latinoamérica. Una lesión le obliga a abandonar los escenarios. Desde 1995 escribe poesía, relatos, análisis y crítica de textos literarios. En la actualidad realiza investigaciones sobre el mundo de los monstruos y los bestiarios.
  
    
Color y gris

Que descanses en las formas
de la nada, como descansa
la lluvia 
en los labios del paraguas. 



Yangzi, 763 李白

distorsión en el agua
insana voluntad en la clepsidra
su amor no retorna
y el tiempo carece

de placer
un telón de interminables
pliegues sucediendo a manos
algas, algas

como cuerdas de pescado
quizá no como cuerdas
algo así, algo así
dice Samura

me frota con hiel
el cuerpo que se lleva
en la noche
lo devuelve al palacio

me pregunto el por qué de lo que hace
tantas idas y venidas
y me digo que todo es tan claro
que las alas del día

retienen en esmalte
los arbustos. O algo así
algo así dice Samura
inclinada y su sombra.



Informe celeste


Los niños muertos se agitan
en los corredores bajos
donde las voces les cuelgan
los ombligos en las venas del revés con
cada cabeza hinchada de
los clavos picados del muro. Mira.

Ellos miran y se ven
los ojos en procesión
cubiertos por el hervir
de la cera de los mancos
y en el estómago el garfio
que una soga sube al cielo.

(¡Dále, Manuel!)



Carta a Jade Wang

Por ahí no hace tanto calor,
lo malo son las moscas y mosquitos.
Eso es el campo, y hay
todo tipo de bichos. La otra
noche viste un zorro en el jardín
Precioso. Iba
caminando por el muro
que lo separa del callejón,
lo miraste, se paró,
te miró, y luego
se fue corriendo. Los zorros
no pican (y como no
tienes gallinas, tampoco te preocupan),
pero los mosquitos
te tienen harta, porque tienes
alergia y se te infectan
las picaduras. Caniches no hay.
Ten calma.

Cuando nos queramos dar cuenta
será otoño otra vez
y yo estaré más cerca.

                    
                                BRUNO RUANO



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