23/4/14

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO: EL QUIJOTE & MACBETH, por Mar Redondo

        
      El Quijote y Macbeth, ambas obras escritas a comienzos del siglo XVII si bien la segunda algo posterior a la primera, no dejan de presentar ciertos paralelismos, como el esquema dialogado "amo+criado", el sesgo trágico-heroico, la presencia de elementos fantásticos que influyen y condicionan la conducta y el destino de los protagonistas, y su dilatada proyección en el mundo escénico y musical. Son múltiples las teorías que se han formulado sobre las coincidencias entre Cervantes y Shakespeare, incluso la más increíble y supuestamente más descabellada de todas: que podrían haber sido la misma persona.


EL QUIJOTE: CAPÍTULO VIII

«En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
—La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.
—¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza.
—Aquellos que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.
—Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.»

 MACBETH: Primer acto, tercera escena, Páramo cerca de Forres.

«MACBETH:
En mi vida he visto día tan loco y tan hermoso como éste.
BANQUO:
¿Estamos todavía lejos de Forres...? ¿Qué figuras escuálidas y harapientas son esas que no parecen criaturas terrestres y a pesar de ello están aquí? ... ¿Acaso están vivas?, ¿son algo a quien el hombre pueda dirigir preguntas? Parece que me pueden comprender, porque se llevan a los labios flacos un arrugado dedo. Deben ser mujeres, por más que sus barbas no permiten creerlo.
MACBETH:
Hablen, si es que pueden... ¿Qué es lo que son?
BRUJA PRIMERA: ¡Salud, Macbeth, salud para ti, barón de Glamis!  BRUJA SEGUNDA: ¡Salud, Macbeth, salud para ti, barón de Cawdor! BRUJA TERCERA: ¡Salud, Macbeth, que serás rey!



BANQUO:
¡Qué te causa sobresalto, buen amigo, y por qué parece que temes cosas que tan gratamente suenan? (A las brujas). En nombre de la verdad, ¿son creaciones de la fantasía, o son acaso lo que su exterior aparenta? Saludan a mi ilustre compañero con los títulos que tiene, y con predicción tan firme de poseer mayor esplendor aún, le dan tales esperanzas de realeza que lo dejan como transportado. Y a mí nada me han dicho: si les es permitido penetrar en el porvenir, en los gérmenes del tiempo, y decir cuál es la semilla que ha de crecer y cuál no, diríjanse a mí, que no solicito sus favores ni su odio, pero no les tengo miedo.
BRUJA PRIMERA: ¡Salud! BRUJA SEGUNDA: ¡Salud! BRUJA TERCERA: ¡Salud! BRUJA PRIMERA: ¡Menos grande que Macbeth y más grande que él! BRUJA SEGUNDA: ¡No tan dichoso y sin embargo, mucho más feliz! BRUJA TERCERA: De ti nacerán reyes, aunque tú no lo serás. ¡Salud a los dos, Macbeth y Banquo! BRUJA PRIMERA: Banquo y Macbeth, ¡salud!

MACBETH:
No se vayan, voceros enigmáticos, sin decirme más. Por muerte de Sinel soy barón de Glamis. ¿Pero... de Cawdor? Vive el barón de Cawdor en próspera fortuna. Y para ser rey tengo las mismas probabilidades que para ser barón de Cawdor... Díganme de dónde obtienen sabiduría tan extraña y por qué en este páramo desierto han detenido nuestra marcha con tan proféticas salutaciones. ¡Hablen, les ordeno!
»


          MAR REDONDO 

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