29/1/14

POEMAS, por Juan M. Querejeta



reflejos
Es inútil mirar al otro lado
del espejo. Sólo hay azogue.

bailando hasta el amanecer
No hay espectáculo más triste que el baile sensual de las ballenas
confundidas por el olor y el balanceo de los barcos de pesca.
Ver cómo intentan frenéticamente aparearse con ellos,
sentir el roce de sus cuerpos con la madera crujiente de los cascos,
contemplarlas agitando las oscuras aguas,
percibir los olores de la sal y del deseo mezclados en la brisa,
y escuchar sus gemidos lastimeros al sentirse ignoradas,
para, finalmente, arrastrarse al amanecer en busca de otro puerto.

reflejos II
Todo es mentira.
Las sirenas no existen,
los océanos no son infinitos
y, además, tienen fondo.
Las estrellas no piensan en nosotros
por más que nos empeñemos.
El cielo no es azul, ni las nubes son blancas;
sólo es un efecto de difracción.

Todo es mentira.
No existe vida después de la muerte,
sino reflejos de los que se van
en las retinas de los que se quedan
y sus fotos en papel 10x15, brillo o mate,
que con el tiempo se enmohecerán,
perderán el color y la consistencia,
como los que se han ido,
o en archivos informáticos
que terminarán por ser borrados,
como los que se han ido.

También yo soy mentira
y tú no eres más que mi reflejo.
Tu pelo no es, como parece, espuma fresca
ni es verdad que tu piel huela al mar en la noche,
son sólo chispazos en mi cerebro,
brillos en el área de la razón.

sería bueno
Sería bueno vivir cerca del mar
para un día cualquiera de invierno
robar la espuma sobrante de las olas,
guardarla en mi bañera
con peces, algas y estrellas marinas
entre piedras y unos puñados de arena blanca;
rehacer nuestro mundo, el tuyo y el mío,
y poner en el fondo aquella foto
en la que estás vestida de sirena
el último carnaval.
Sería bueno vivir en el fondo
de mi bañera.


JUAN M QUEREJETA

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